- La primera grapadora conocida fue hecha a mano en el siglo XII en Francia, para el rey Luis XVII. Cada grapa se inscribía con la insignia de la corte real.
- A partir de 1900 las grapadoras se fueron haciendo cada vez mas pequeñas y económicas hasta el día de hoy.
Partes
La grapadora manual consta de cuatro elementos articulados montados en un eje:
- La base, que tiene dos fisuras que guían los extremos de la grapa para doblarlos, bien juntándolos o separándolos.
- El cargador de las grapas, en cuyo extremo hay dos rendijas: la superior, por la que entra la guillotina; y la inferior, por la que sale la grapa.
- El empujador, insertado en el cargador, que se desliza sobre una varilla y es accionado por un muelle para empujar las grapas hacia la rendija.
- La cubierta, que incorpora una guillotina que, al descender, clava la primera grapa del cargador en el papel.
tipos de grapadoras
Además de las manuales se emplean grapadoras eléctricas y neumáticas, que emplean un sistema parecido.
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 De mesa
Se trata de la grapadora convencional o de oficina. Versátil, ligera y barata, es el modelo más apropiado si lo que desea grapar es únicamente papel, ya que por lo general no trabaja bien con otros materiales. Dependiendo de su tamaño y diseño podrá unir una determinada cantidad de folios, aunque su potencia suele ser inferior a la de otros tipos de grapadoras en la mayoría de los casos.
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Eléctricas
Existen dos modelos de grapadoras eléctricas: de sobremesa e industriales. Las de sobremesa poseen un diseño similar al de las grapadoras convencionales, por lo que funcionan a pilas en lugar de con cable. Sin embargo, su potencia es muy superior al de éstas, pudiendo grapar hasta cuatro veces más folios. Requiere una menor presión para su uso y proporcionan trabajos de gran precisión. Sus mayores inconvenientes son su elevado precio y la imposibilidad de controlar la potencia del grapado.
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De mano o tenaza
Gracias a su particular diseño son muy cómodas de manejar manualmente. Su estrecho cabezal nos proporciona una gran precisión mientras que su mango nos permite ajustar la potencia del grapado. Debido a estas características se recomienda su uso para trabajar con textiles, aunque puede funcionar muy bien con otro tipo de materiales. Su único inconveniente potencial, ya que algunos casos también puede ser una ventaja, es que la potencia depende de nuestra propia fuerza, por lo que sus resultados pueden variar de persona a persona.
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