miércoles, 21 de marzo de 2012

Magnetófono



Fue inventado en la década de los treinta. Los sonidos se graban en forma de señales magnéticas en una cinta. La información  así conservada puede recuperarse y convertirse de nuevo en sonido, a través de señales eléctricas. La cinta está dentro de un recipiente llamado casete.
En el momento de su invención, consistía en un grabador eléctrico que dejaba una señal magnética sobre un alambre. Más tarde se usó una tira flexible recubierta de polvo imantado que sería el antecesor de la cinta casete actual.


Este aspecto tenía el magnetófono en sus primeros tiempos

Con el casete se solucionó el problema de un reproductor portátil, e incluso la miniaturización de estos aparatos de los que el más conocido es el walkman.

Existen 3 tipos de magnetófonos:


Magnetófono de bobina abierta. 
Magnetófono de cassette (cassette o pletina). 
Magnetófono de cartuchos (cartuchera). 
Todos estos equipos para ser encuadrados dentro del grupo de equipos para uso profesional han de cumplir 4 requisitos:



Precisión de la marcha. Asegura la compatibilidad entre la velocidad de grabación y reproducción. Así una cinta grabada en un equipo diferente al que va a ser reproducida no tendrá ningún problema. Las velocidades estándares son 4’75, 9’5, 19 y 38 cm/s. A mayor velocidad, mayor calidad en el sonido resultante. 
Estabilidad de la marcha. Velocidad uniforme de desplazamiento de la cinta. Si está es alterada, se produce el efecto de lloro. 
Minimización de la Diafonía. Se produce la diafonía cuando se lee, además de la pista correspondiente, parte de sonido de otra pista adyacente. 
Asegurar la respuesta en frecuencia. Algunos magnetófonos, por estar al final de su vida útil u otros motivos no son capaces de grabar/reproducir todo el espectro de frecuencias. Cuando esto ocurre la cabeza correspondiente ha de ser reemplazada. 

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